Existe una famosa e interesante película del año 2015 llamada Concussion y protagonizada por Will Smith (si no la ha visto, véala). En ella se retrata la lucha de un médico para evidenciar como los traumatismos encéfalo-craneanos (TEC) en los jugadores de fútbol americano dejaban secuelas irreversibles y hasta ese momento, insospechadas. En Chile, no tenemos grandes fanáticos del fútbol americano, pero si somos fanáticos del fútbol de nuestros equipos, y por sobre todo de nuestra selección.
¿Existe algún peligro para nuestros hijos en la práctica de fútbol?. La respuesta puede que no sea de su agrado.
A partir del año 2015, existen nuevas normas dictadas por la federación americana de fútbol (soccer en USA), las cuales prohíben el cabecear pelotas a menores de 10 años, por el riesgo de TEC repetitivo asociado. Además, se limita la cantidad de cabeceos en jornadas de entrenamiento de niños hasta 13 años por evidencia de cambios neurofisiológicos cerebrales luego de golpes repetitivos.
Si esto ocurre a nivel de niños, ¿qué pasa con los jugadores adultos que practican de forma profesional? ¿La FIFA admitirá que los cabeceos pueden producir daño cerebral?. Las implicancias son gigantes, primero por la lentitud de reacción frente a estas prácticas. Además, por las implicancias legales de la posibilidad de poder producir una enfermedad profesional.
¿Estamos frente a una futura/actual enfermedad profesional?
Referencia:
U.S. SOCCER CONCUSSION GUIDELINES
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