- Mantener una dieta saludable y equilibrada que incluya alimentos ricos en nutrientes que puedan beneficiar el cerebro, como pescado, frutas y verduras.
- Realizar ejercicios físicos guiados por kinesiólogos y actividades mentales que estimulen el cerebro, como caminar, jugar juegos mentales y aprender habilidades nuevas.
- Establecer rutinas y un entorno familiar y seguro que facilite la vida diaria y ayude a mantener la memoria y la orientación.
- Participar en grupos de apoyo y terapia ocupacional para mejorar la calidad de vida y enfrentar los desafíos emocionales y sociales del Alzheimer.
- Tomar los medicamentos recetados de forma regular y seguir las recomendaciones del médico sobre el manejo del tratamiento.
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