DOLOR DE RODILLA
Existen diversas causas de dolor de rodilla. A continuación veremos diversas enfermedades que pueden causar dolor de rodilla:
Luxación de Rótula:
La luxación de rótula es una lesión traumática en la que la rótula se desplaza de su posición normal en la articulación de la rodilla. Los síntomas característicos incluyen dolor intenso en la rodilla, acompañado de una sensación aguda de que la rótula se ha movido fuera de lugar, seguido de inflamación y posible hematoma alrededor de la articulación. La movilidad de la rodilla puede estar significativamente comprometida.
Rehabilitación Kinesiológica:
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Fase Inicial:
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Reducción del dolor e inflamación mediante modalidades como crioterapia y terapia manual suave.
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Inmovilización temporal para estabilizar la articulación.
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Fase Intermedia:
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Ejercicios de fortalecimiento progresivo para los músculos cuádriceps y abductores.
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Entrenamiento de estabilidad y control neuromuscular específico para la rótula.
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Técnicas de movilización articular para restaurar el rango de movimiento.
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Fase Avanzada:
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Ejercicios funcionales para reintegrar gradualmente la rodilla a las actividades diarias y deportivas.
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Continuación del fortalecimiento y estabilidad para prevenir recurrencias.
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Rotura de Ligamento Cruzado:
La rotura del ligamento cruzado es una lesión traumática común, caracterizada por el desgarro del ligamento que estabiliza la rodilla ante movimientos bruscos. Los síntomas típicos incluyen dolor súbito e intenso, hinchazón significativa, inestabilidad en la articulación y dificultad para soportar peso en la pierna afectada.
Rehabilitación Kinesiológica:
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Fase Aguda:
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Control del dolor e inflamación con modalidades físicas y terapia manual.
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Restricción de la carga y protección de la articulación mediante inmovilización temporal.
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Fase Intermedia:
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Programa de fortalecimiento progresivo enfocado en los músculos estabilizadores de la rodilla.
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Ejercicios de propiocepción y equilibrio para mejorar la estabilidad articular.
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Fase Avanzada:
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Entrenamiento específico para la función deportiva y retorno a actividades de alta exigencia.
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Continuación del fortalecimiento y control neuromuscular para prevenir nuevas lesiones.
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Rotura de Menisco:
La rotura de menisco implica el desgarro del cartílago que amortigua la articulación de la rodilla, generalmente como resultado de movimientos bruscos o traumatismos repetidos. Los síntomas habituales incluyen dolor, sensación de bloqueo o enganche, hinchazón y crepitación al mover la rodilla.
Rehabilitación Kinesiológica:
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Fase Aguda:
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Manejo del dolor e inflamación mediante modalidades físicas y terapia manual.
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Restricción de actividades que puedan agravar la lesión.
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Fase Intermedia:
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Ejercicios de movilidad articular y estiramientos para mantener la función normal de la rodilla.
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Fortalecimiento progresivo de los músculos cuádriceps e isquiotibiales para estabilizar la articulación.
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Fase Avanzada:
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Programa de rehabilitación funcional enfocado en la reintegración gradual a actividades cotidianas y deportivas.
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Supervisión continua para evitar complicaciones y prevenir recurrencias.
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Tendinitis Rotuliana:
La tendinitis rotuliana se caracteriza por la inflamación del tendón que conecta la rótula con la tibia, causando dolor en la parte frontal de la rodilla. Los síntomas comunes incluyen dolor alrededor de la rótula, especialmente al subir o bajar escaleras, sensibilidad en la zona afectada e inflamación localizada.
Rehabilitación Kinesiológica:
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Fase Aguda:
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Control del dolor y la inflamación mediante crioterapia y terapia manual.
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Restricción de actividades que puedan agravar la tendinitis.
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Fase Intermedia:
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Ejercicios de fortalecimiento progresivo para los músculos cuádriceps y tendones extensores.
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Estiramientos suaves para mejorar la flexibilidad y reducir la tensión en el tendón afectado.
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Fase Avanzada:
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Rehabilitación funcional para reintegrar gradualmente a la persona a actividades cotidianas y deportivas.
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Enfoque en la prevención de recurrencias mediante el mantenimiento de un programa de ejercicios regulares.
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Condromalacia Rotuliana:
La condromalacia rotuliana implica el deterioro del cartílago que recubre la parte posterior de la rótula, causando dolor y dificultad para mover la rodilla. Los síntomas incluyen dolor en la parte frontal de la rodilla, especialmente al estar sentado por períodos prolongados o al realizar actividades que ejercen presión sobre la articulación.
Rehabilitación Kinesiológica:
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Fase Aguda:
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Manejo del dolor y la inflamación con modalidades físicas y terapia manual.
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Evitar actividades que agraven los síntomas.
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Fase Intermedia:
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Programa de fortalecimiento progresivo para los músculos estabilizadores de la rodilla.
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Ejercicios de estabilidad y control neuromuscular para mejorar la función articular.
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Fase Avanzada:
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Rehabilitación funcional para reintegrar a la persona a sus actividades habituales.
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Enfoque en la corrección de desequilibrios musculares y biomecánicos para prevenir futuras lesiones.
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